¿Qué es la peritonitis?
¿Qué es la peritonitis?
La peritonitis es una inflamación del peritoneo, la membrana que recubre la pared abdominal interna y envuelve los órganos dentro del abdomen. Esta condición puede ser causada por una infección bacteriana o micótica, o por la entrada de sustancias irritantes en la cavidad abdominal debido a una herida penetrante o la perforación de un órgano del aparato digestivo. Los síntomas incluyen dolor abdominal intenso, hinchazón, fiebre, náuseas y vómitos. La peritonitis es una emergencia médica que requiere tratamiento inmediato para prevenir complicaciones graves como la sepsis. El diagnóstico se realiza mediante examen físico, análisis de laboratorio y estudios de imagen. El tratamiento incluye antibióticos y, en algunos casos, cirugía para eliminar la fuente de infección.
¿Qué tipos de peritonitis hay?
Según su extensión, la peritonitis puede ser:
Localizada: aquella que se localiza en un espacio de peritoneo determinado y por la inflamación de un órgano abdominal.
Generalizada: presente en toda la cavidad peritoneal.
Según el agente que las causa:
Séptica: de causa bacteriana.
Aséptica: cuando en la cavidad peritoneal se introducen líquidos o preparaciones químicas con fines terapéuticos o debido al escape de sangre, bilis o jugos digestivos. Al final, acaba siendo infecciosa por sobreinfección bacteriana.
Según su origen, la peritonitis puede ser de dos tipos:
Primaria: se origina, normalmente, por la complicación de una enfermedad llamada ascitis, que consiste en la acumulación de líquido en el abdomen, en el que las bacterias proliferan. Este tipo de peritonitis es poco frecuente y se da más habitualmente en personas que padecen algunas enfermedades crónicas, como la cirrosis hepática con ascitis y, con menor frecuencia, en enfermos con insuficiencia cardíaca, por ejemplo.
Secundaria: es más común y se suele producir cuando el contenido de las vísceras invade la cavidad abdominal, debido, usualmente, a la perforación del apéndice en la apendicitis aguda u otras partes del tubo digestivo en el caso de úlceras gástricas o duodenales o en patologías que afectan a la vesícula biliar o el páncreas, entre otras. También puede deberse a la obstrucción del colon u otros problemas como el cáncer, hernias estranguladas o enfermedad inflamatoria intestinal y lesiones de órganos genitales femeninos. La peritonitis secundaria puede estar provocada también por traumatismos o por complicaciones tras la cirugía, como por ejemplo, fugas en las suturas tras una intervención en el aparato digestivo o urinario, perforaciones o contaminación por gérmenes que invaden la cavidad abdominal.
Terciaria: aparece, tras una peritonitis secundaria en pacientes operados en los que persiste la clínica de peritonitis o de sepsis con afectación multiorgánica. Se trata de un cuadro que presenta una elevada mortalidad.
¿Cuáles son los síntomas principales de la peritonitis?
La peritonitis da lugar a una serie de síntomas que nos pueden alertar de su presencia. Lo más común es la aparición de un dolor abdominal continuado, bien repentino o de aparición gradual que irá mermando el estado del paciente. Este dolor se acompaña de una sensación de hinchazón en el abdomen, no relacionada por haber ingerido demasiado líquido o comida.
Además de este dolor e hinchazón, aparecerán más síntomas como:
Problemas de tránsito intestinal tales como el estreñimiento o la diarrea.
Cansancio y astenia generalizada.
Sed excesiva durante todo el día.
Pérdida de apetito, con reducción de peso y anorexia.
Sensación de náusea y vómitos tras las comidas.
Aparición de fiebre que, combinado con el resto de síntomas, debe alertar de una peritonitis más aguda.
En paciente sometidos a diálisis peritoneal, será más fácil observar los signos y síntomas de la peritonitis. El líquido de la diálisis aparecerá difuso y turbio, alertando de que algo no va bien en su interior.
Ante estos síntomas, es recomendable acudir al médico para que haga el diagnóstico pertinente y se pueda actuar frente a la peritonitis cuanto antes, ya que se trata de una patología que puede llegar a ser realmente grave.
¿Cuáles son las causas de la peritonitis?
La peritonitis se debe a una infección. Pueden entrar bacterias en el revestimiento de su abdomen a través de un agujero en su tracto gastrointestinal (GI). Eso puede ocurrir si usted tiene un agujero en su colon o si estalla su apéndice.
Otras causas de peritonitis incluyen:
Un agujero en su estómago, sus intestinos, su vesícula, su útero o su vejiga
Una infección durante el tratamiento (diálisis peritoneal) de enfermedad terminal de los riñones (renal)
Una infección del líquido del abdomen debida a enfermedad hepática terminal (cirrosis)
Enfermedad inflamatoria pélvica en las mujeres
Cirugía (si entran bacterias en su abdomen durante una cirugía)
¿Cómo se diagnostica la peritonitis?
Es importante determinar de inmediato si tiene peritonitis, ya que este cuadro puede causar problemas graves de salud con mucha rapidez.
Su proveedor de atención médica evaluará sus antecedentes médicos y le hará una exploración. La peritonitis suele diagnosticarse al observar una muestra del líquido infectado que se extrajo del abdomen.
Puede que tengan que hacerle otras pruebas, por ejemplo:
Radiografías. Estas pruebas de diagnóstico por imágenes permiten tomar imágenes de los tejidos, los huesos y los órganos del cuerpo.
Análisis de sangre, de líquidos y de orina. Se realizan para determinar cuál es la causa de la infección.
Tomografías computarizadas. En esta prueba se utilizan radiografías y una computadora para crear imágenes del cuerpo. Las tomografías computarizadas muestran imágenes detalladas de cualquier parte del cuerpo, como huesos, músculos, tejido adiposo y órganos. Son más detalladas que las radiografías estándar.
Resonancia magnética. Es una prueba de diagnóstico por imágenes en la que se usan un imán potente, ondas de sonido y una computadora.
Cirugía. Si su estado es grave, tal vez lo sometan a una cirugía para encontrar y extirpar lo que está causando la infección.
Prevención
A menudo, la causa de la peritonitis asociada a la diálisis peritoneal son gérmenes alrededor del tubo (catéter). Si te sometes a diálisis peritoneal, adopta las siguientes medidas para evitar la peritonitis:
Lávate las manos, incluso debajo de las uñas y entre los dedos, antes de tocar el catéter.
Limpia la piel que está alrededor del catéter con un producto antiséptico todos los días.
Guarda los suministros en un área limpia.
Usa una mascarilla quirúrgica durante los intercambios de líquido de la diálisis.
Habla con el equipo de atención de la diálisis sobre la atención médica adecuada para tu catéter de diálisis peritoneal.
Si ya has tenido peritonitis antes o si tienes acumulación de líquido peritoneal a causa de una afección médica como la cirrosis hepática, es posible que el médico te indique antibióticos para evitar la peritonitis. Si estás tomando inhibidores de la bomba de protones, quizás el médico te pida que dejes de hacerlo
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